/ lunes 26 de julio de 2021

Cómo librarse del miedo

Buenos días, queridos lectores, fíjense que ayer que acudí a una misa en memoria del joven esposo de una amiga mía que recién falleció, el P. Daniel, Párroco de la iglesia de San Miguel Arcángel, inmueble del siglo XVII, comenzó a hablar de la multiplicación de los panes y los peces y les confieso que en silencio me dije que esta plática no viene al caso.

Y verán que sí vino y de qué manera. Una vez contada la parábola de Jesús, el sacerdote hiló ese relato a la confianza y ausencia de miedo que todos debemos sentir y se siguió con las nuevas adicciones que vive el ser humano actualmente, más allá del alcohol y las drogas por no comentar varias más y habló de dos nuevas: la adicción a la tecnología y al miedo. Ah, caray, me dije. ¡Claro! a cuántas personas de toda edad no vemos enfrascados con su juguetito mecánico lo que las aleja de quienes tiene cerca físicamente y no los acerca a los que están detrás de la pantallita como no sea a través de la ilusión.

De ahí paso el sacerdote a la segunda adicción: la del miedo. Sé, queridos amigos, que con este Covid debemos ser prudentes, que los contagios están al día, sí, lo sé. Pero también se que debemos aprender a vivir con esta nueva realidad nuestra porque el miedo paraliza y obliga a tanta gente a no salir de casa, lo que considero que es tanto o más peligroso. Dibujar una línea que separe al miedo normal, a la ansiedad y de ahí a una neurosis puede ser difícil. Esto es especialmente cierto cuando los temores de una persona se vuelven realidad cuando se enteran de casos cercanos ocurridos fatalmente. Entonces, saber cómo dibujar esta línea y cómo decidir si el miedo a no salir de casa es razonable o no, puede ayudar a buscar atención psicológica de ayuda. Decía Sófocles: “Para quien tiene miedo, todo son ruidos”.

Porque el miedo es una de esas sensaciones que nos acompañan en la vida desde que nacemos hasta que morimos y hay que controlarla. Es esa angustia que sentimos cuando nos pasa (o creemos que nos pasará) algo malo y de acuerdo, pocas cosas pueden se tan irracionales y al mismo tiempo tan lógicas como el miedo, sin embargo, y aquí siento que no hay que irse a fobias profundas que están afectando tal vez a millones de personas en todo el mundo, así que para apoyarme en estas líneas busco y me adentro en frases famosas: “El miedo siempre está dispuesto a ver las cosas peor de lo que son”: Tito Livio, y este personaje no es cosa menor: Escribió en 142 libros la monumental historia del Estado romano desde la llegada de Eneas, personaje greco romano, héroe de la Guerra de Troya, a las costas del Lacio (región centro occidental de Italia), hasta la muerte de Nerón Claudio Druso el Mayor.

A los 24 años le encargaron la educación de Claudio, el futuro emperador. Va otra: “Nadie que tenga miedo, llega a la cumbre”: Publio o Publilio Siro; (vivió y murió s. I a. C), fue un escritor de la antigua Roma, aunque se dice que fue nativo de Siria, otras fuentes lo ubican en Nísibis, Turquía. fue hecho esclavo y enviado a Italia, pero gracias a su talento se ganó el favor de su amo que lo liberó y educó. De sus obras queda solo una colección de “Sentencias” y una serie de máximas morales. Y ahí le paro porque hay infinidad de frases para contrarrestar el miedo sobre todo en momentos en que las noticias solo hablan de contagios y defunciones, pero no de cómo superarlas. Y sí, es menester ser muy prudentes para sobrevivir a esta pandemia sin olvidar que no se irá ya. Así es que debemos aprender a vivir con ella, no encerrados sino enfrentando con inteligencia cómo salir sin ingresara gentíos, pero sí a reuniones pequeñas en mi caso acerca de cuestiones culturales que este tema engloba casi todo. Coincido con la mayor parte de la Unión Europea que desde Roma los presidentes de Italia y del Reino Unido afirmaron a sus ciudadanos, en discursos por separado, que el mundo necesita adaptarse para vivir con el Covid-19.

Sí. Hay que aprender a vivir fuera de la red segura de cada familia porque la realidad por supuesto es muy diferente. Y para continuar la vida sin hacerse a un lado, o lo que es lo mismo, para adaptarse a vivir en tiempos de pandemia sin correr riesgos, busqué para ustedes unos consejos que espero les ayuden: Hay que salir y poder hacer ejercicio fuera de casa evitando gentíos. Al salir, siempre hay que portar un buen cubreboca y si es posible doble. Aunque ahora nos ponen gel en todas partes, lleven un pequeño gel de alcohol consigo. A dónde lleguen, lávense bien las manos. Acude a sitios bien ventilados, rehúyan los cerrados. Si compran algo, acérquense solo a puestos o stands donde se cubran con tapabocas y luzcan limpios. Y bueno, hasta el próximo lunes.

Buenos días, queridos lectores, fíjense que ayer que acudí a una misa en memoria del joven esposo de una amiga mía que recién falleció, el P. Daniel, Párroco de la iglesia de San Miguel Arcángel, inmueble del siglo XVII, comenzó a hablar de la multiplicación de los panes y los peces y les confieso que en silencio me dije que esta plática no viene al caso.

Y verán que sí vino y de qué manera. Una vez contada la parábola de Jesús, el sacerdote hiló ese relato a la confianza y ausencia de miedo que todos debemos sentir y se siguió con las nuevas adicciones que vive el ser humano actualmente, más allá del alcohol y las drogas por no comentar varias más y habló de dos nuevas: la adicción a la tecnología y al miedo. Ah, caray, me dije. ¡Claro! a cuántas personas de toda edad no vemos enfrascados con su juguetito mecánico lo que las aleja de quienes tiene cerca físicamente y no los acerca a los que están detrás de la pantallita como no sea a través de la ilusión.

De ahí paso el sacerdote a la segunda adicción: la del miedo. Sé, queridos amigos, que con este Covid debemos ser prudentes, que los contagios están al día, sí, lo sé. Pero también se que debemos aprender a vivir con esta nueva realidad nuestra porque el miedo paraliza y obliga a tanta gente a no salir de casa, lo que considero que es tanto o más peligroso. Dibujar una línea que separe al miedo normal, a la ansiedad y de ahí a una neurosis puede ser difícil. Esto es especialmente cierto cuando los temores de una persona se vuelven realidad cuando se enteran de casos cercanos ocurridos fatalmente. Entonces, saber cómo dibujar esta línea y cómo decidir si el miedo a no salir de casa es razonable o no, puede ayudar a buscar atención psicológica de ayuda. Decía Sófocles: “Para quien tiene miedo, todo son ruidos”.

Porque el miedo es una de esas sensaciones que nos acompañan en la vida desde que nacemos hasta que morimos y hay que controlarla. Es esa angustia que sentimos cuando nos pasa (o creemos que nos pasará) algo malo y de acuerdo, pocas cosas pueden se tan irracionales y al mismo tiempo tan lógicas como el miedo, sin embargo, y aquí siento que no hay que irse a fobias profundas que están afectando tal vez a millones de personas en todo el mundo, así que para apoyarme en estas líneas busco y me adentro en frases famosas: “El miedo siempre está dispuesto a ver las cosas peor de lo que son”: Tito Livio, y este personaje no es cosa menor: Escribió en 142 libros la monumental historia del Estado romano desde la llegada de Eneas, personaje greco romano, héroe de la Guerra de Troya, a las costas del Lacio (región centro occidental de Italia), hasta la muerte de Nerón Claudio Druso el Mayor.

A los 24 años le encargaron la educación de Claudio, el futuro emperador. Va otra: “Nadie que tenga miedo, llega a la cumbre”: Publio o Publilio Siro; (vivió y murió s. I a. C), fue un escritor de la antigua Roma, aunque se dice que fue nativo de Siria, otras fuentes lo ubican en Nísibis, Turquía. fue hecho esclavo y enviado a Italia, pero gracias a su talento se ganó el favor de su amo que lo liberó y educó. De sus obras queda solo una colección de “Sentencias” y una serie de máximas morales. Y ahí le paro porque hay infinidad de frases para contrarrestar el miedo sobre todo en momentos en que las noticias solo hablan de contagios y defunciones, pero no de cómo superarlas. Y sí, es menester ser muy prudentes para sobrevivir a esta pandemia sin olvidar que no se irá ya. Así es que debemos aprender a vivir con ella, no encerrados sino enfrentando con inteligencia cómo salir sin ingresara gentíos, pero sí a reuniones pequeñas en mi caso acerca de cuestiones culturales que este tema engloba casi todo. Coincido con la mayor parte de la Unión Europea que desde Roma los presidentes de Italia y del Reino Unido afirmaron a sus ciudadanos, en discursos por separado, que el mundo necesita adaptarse para vivir con el Covid-19.

Sí. Hay que aprender a vivir fuera de la red segura de cada familia porque la realidad por supuesto es muy diferente. Y para continuar la vida sin hacerse a un lado, o lo que es lo mismo, para adaptarse a vivir en tiempos de pandemia sin correr riesgos, busqué para ustedes unos consejos que espero les ayuden: Hay que salir y poder hacer ejercicio fuera de casa evitando gentíos. Al salir, siempre hay que portar un buen cubreboca y si es posible doble. Aunque ahora nos ponen gel en todas partes, lleven un pequeño gel de alcohol consigo. A dónde lleguen, lávense bien las manos. Acude a sitios bien ventilados, rehúyan los cerrados. Si compran algo, acérquense solo a puestos o stands donde se cubran con tapabocas y luzcan limpios. Y bueno, hasta el próximo lunes.