/ jueves 3 de marzo de 2022

Comerciante de ungüentos en el día y lobo en luna llena

Ahí venía caminando por las clásicas fachadas de la calle Riego, Manuel Blanco, muy cerca de un pueblo de Galicia. Eran cerca de las 11:30 de la noche, el hombre caía de fatiga tras una intensa jornada de trabajo.

Manuel cosía y bordaba para una rudimentaria casa textil, era auxiliar de Pedro Córdova, un principiante que recientemente había abierto un taller de costura.

A pesar de haber pasado muchas horas zurciendo, su vitalidad era extraordinaria Sus ojos centelleaban y sus pasos firmes no daban marcha atrás. Así anduvo por algunos minutos y sin percatarse se internó en un camino rocoso.

De pronto, la luna resplandecía como si fuera mediodía, estaba situado en la montaña de Couso. Manuel comenzó a sentirse en un estado perturbador. En su pensamiento y diálogo interno expresaba que olía a sangre y a temor.

De un sobresalto se encontró con dos lobos grandes. Manuel Perdió la conciencia. Cayó al suelo. La adrenalina acumulada en el cuerpo reaccionó y experimentó una serie de convulsiones. Acto seguido, se revolcó en más de dos ocasiones sin control y en cuestión de breves segundos era un lobo.

“Estuve cinco días merodeando con los otros dos, hasta que volví a recuperar mi cuerpo. Los otros dos lobos venían conmigo, que yo creía que también eran lobos, se cambiaron a forma humana. Eran dos valencianos. Uno se llamaba Antonio y el otro don Genaro. Y también sufrían una maldición como la mía”, relató Blanco Romasanta.

A partir de entonces, Manuel salió como lobo con Antonio y don Genaro. Atacaban y comían a varias personas porque tenían hambre.

// El hombre lobo de Allariz //

Lejos quedó aquel costurero que utilizaba agujas e hilos. Bajo una identidad falsa, sustentada en el nombre de Antonio Gómez, un comerciante ambulante, llegó a la provincia Orense de Allariz.

De inmediato ganó fama entre la comunidad, pues Antonio vendía un ungüento de grasa que se extendió hasta Galicia. Esa popularidad concordó con la aparición de algunas pertenencias de personas que de forma extraña habían desaparecido.

En breve, las sospechas sobre la preparación de la unción aparecieron. Los pobladores que la habían comprado pensaron que estaba hecha con grasa humana.

En consecuencia, el asesino planeó su huida.

// El engaño cobró la vida de víctimas //

En 1852, Manuel, Antonio o el hombre lobo de Allariz, bajo su oficio de vendedor informal cometió al menos 13 asesinatos, en su mayoría mujeres y niños, a quienes engañaba y de manera astuta conseguía que viajarán con él, o en ocasiones, se prestaba como acompañante para que las damas no caminaran solas por los sinuosos bosques.

Tras una denuncia en la ciudad de Escalona y debido a constantes rumores fue capturado en Nombela (Toledo)

Según el español, se trataba de una maldición que lo transformó en lobo durante muchas noches de luna llena. Posteriormente, alegó que sufría una enfermedad.

Durante el juicio, el abogado defensor de Blanco Romasanta argumentaba que el tipo estaba totalmente desquiciado. Bajo esos influjos de licantropía, al acecho de una enfermedad mental, se manifestaba justificando sus crímenes.

Lo cierto es que antes de que se hablara de Jack “el destripador” o se escribiera la novela Bram Stoker (Drácula), el juicio de Romasanta era muy aventajado para su época. Por una parte, el tribunal decía que se trataba de un asesino, y por otro lado la defensa exponía que estaba loco.

Se reunieron las pruebas en el terreno médico y de campo. La conclusión da fe de que este sujeto no era otra cosa que un asesino serial organizado. Desde luego, el término no existía en aquel entonces. Sin embargo, se había demostrado que los homicidios habían sido premeditados, planeados y ejecutados.

Además, se confirmó que había una secuencia de eventos organizados y con la deliberada intención de acabar con la vida de las personas para tomar posesión de sus bienes para luego ocultar sus restos.

Del mismo modo, describía cómo les quitó la vida sin presentar alguna emoción. Ningún remordimiento, o siquiera una pizca de conciencia del daño provocado.

// El asesino //

Nació el 18 de noviembre de 1809, fue el séptimo hijo varón de una familia (en secuencia, es decir, al igual que su padre), más aún, irrumpió a este mundo en el séptimo día.

En suma, tenía una anomalía genética, algo que en la actualidad se conoce como intersexualidad, es cuando no hay una sexualidad plenamente definida. Como resultado fue bautizado como Manuela Blanco Romasanta, dado que pensaban que era una niña. Empero, a los 6 años padeció la conversión a niño.

En la actualidad, especialistas resumieron que debido a ciertos factores congénitos, Manuel presentó un exceso de hormonas, generando así una violencia incontenible. Una teoría inconclusa que no se ha podido acreditar.

Ahora la pregunta asalta a mi psique ¿hay hombres lobo o es un invento de la mente humana?. Si atendemos a ello, sabemos que es una criatura legendaria que está presente en muchas culturas y algunas personas creen que sí existen los llamados “hombres bestia”.

De este modo, las creencias populares acerca del hombre lobo, conocido también como licántropo o lobisón, aquel que permanece con su aspecto animal por espacio de unas cuantas horas, generalmente cuando sale la luna llena. Son reales.

En contraparte, está la licantropía clínica, un síndrome psiquiátrico que provoca alucinaciones en la persona afectada, donde sostiene que puede convertirse en un animal.

De ello resulta necesario decir que Manuel Blanco Romasanta existió, así que todo puede pasar.


Ahí venía caminando por las clásicas fachadas de la calle Riego, Manuel Blanco, muy cerca de un pueblo de Galicia. Eran cerca de las 11:30 de la noche, el hombre caía de fatiga tras una intensa jornada de trabajo.

Manuel cosía y bordaba para una rudimentaria casa textil, era auxiliar de Pedro Córdova, un principiante que recientemente había abierto un taller de costura.

A pesar de haber pasado muchas horas zurciendo, su vitalidad era extraordinaria Sus ojos centelleaban y sus pasos firmes no daban marcha atrás. Así anduvo por algunos minutos y sin percatarse se internó en un camino rocoso.

De pronto, la luna resplandecía como si fuera mediodía, estaba situado en la montaña de Couso. Manuel comenzó a sentirse en un estado perturbador. En su pensamiento y diálogo interno expresaba que olía a sangre y a temor.

De un sobresalto se encontró con dos lobos grandes. Manuel Perdió la conciencia. Cayó al suelo. La adrenalina acumulada en el cuerpo reaccionó y experimentó una serie de convulsiones. Acto seguido, se revolcó en más de dos ocasiones sin control y en cuestión de breves segundos era un lobo.

“Estuve cinco días merodeando con los otros dos, hasta que volví a recuperar mi cuerpo. Los otros dos lobos venían conmigo, que yo creía que también eran lobos, se cambiaron a forma humana. Eran dos valencianos. Uno se llamaba Antonio y el otro don Genaro. Y también sufrían una maldición como la mía”, relató Blanco Romasanta.

A partir de entonces, Manuel salió como lobo con Antonio y don Genaro. Atacaban y comían a varias personas porque tenían hambre.

// El hombre lobo de Allariz //

Lejos quedó aquel costurero que utilizaba agujas e hilos. Bajo una identidad falsa, sustentada en el nombre de Antonio Gómez, un comerciante ambulante, llegó a la provincia Orense de Allariz.

De inmediato ganó fama entre la comunidad, pues Antonio vendía un ungüento de grasa que se extendió hasta Galicia. Esa popularidad concordó con la aparición de algunas pertenencias de personas que de forma extraña habían desaparecido.

En breve, las sospechas sobre la preparación de la unción aparecieron. Los pobladores que la habían comprado pensaron que estaba hecha con grasa humana.

En consecuencia, el asesino planeó su huida.

// El engaño cobró la vida de víctimas //

En 1852, Manuel, Antonio o el hombre lobo de Allariz, bajo su oficio de vendedor informal cometió al menos 13 asesinatos, en su mayoría mujeres y niños, a quienes engañaba y de manera astuta conseguía que viajarán con él, o en ocasiones, se prestaba como acompañante para que las damas no caminaran solas por los sinuosos bosques.

Tras una denuncia en la ciudad de Escalona y debido a constantes rumores fue capturado en Nombela (Toledo)

Según el español, se trataba de una maldición que lo transformó en lobo durante muchas noches de luna llena. Posteriormente, alegó que sufría una enfermedad.

Durante el juicio, el abogado defensor de Blanco Romasanta argumentaba que el tipo estaba totalmente desquiciado. Bajo esos influjos de licantropía, al acecho de una enfermedad mental, se manifestaba justificando sus crímenes.

Lo cierto es que antes de que se hablara de Jack “el destripador” o se escribiera la novela Bram Stoker (Drácula), el juicio de Romasanta era muy aventajado para su época. Por una parte, el tribunal decía que se trataba de un asesino, y por otro lado la defensa exponía que estaba loco.

Se reunieron las pruebas en el terreno médico y de campo. La conclusión da fe de que este sujeto no era otra cosa que un asesino serial organizado. Desde luego, el término no existía en aquel entonces. Sin embargo, se había demostrado que los homicidios habían sido premeditados, planeados y ejecutados.

Además, se confirmó que había una secuencia de eventos organizados y con la deliberada intención de acabar con la vida de las personas para tomar posesión de sus bienes para luego ocultar sus restos.

Del mismo modo, describía cómo les quitó la vida sin presentar alguna emoción. Ningún remordimiento, o siquiera una pizca de conciencia del daño provocado.

// El asesino //

Nació el 18 de noviembre de 1809, fue el séptimo hijo varón de una familia (en secuencia, es decir, al igual que su padre), más aún, irrumpió a este mundo en el séptimo día.

En suma, tenía una anomalía genética, algo que en la actualidad se conoce como intersexualidad, es cuando no hay una sexualidad plenamente definida. Como resultado fue bautizado como Manuela Blanco Romasanta, dado que pensaban que era una niña. Empero, a los 6 años padeció la conversión a niño.

En la actualidad, especialistas resumieron que debido a ciertos factores congénitos, Manuel presentó un exceso de hormonas, generando así una violencia incontenible. Una teoría inconclusa que no se ha podido acreditar.

Ahora la pregunta asalta a mi psique ¿hay hombres lobo o es un invento de la mente humana?. Si atendemos a ello, sabemos que es una criatura legendaria que está presente en muchas culturas y algunas personas creen que sí existen los llamados “hombres bestia”.

De este modo, las creencias populares acerca del hombre lobo, conocido también como licántropo o lobisón, aquel que permanece con su aspecto animal por espacio de unas cuantas horas, generalmente cuando sale la luna llena. Son reales.

En contraparte, está la licantropía clínica, un síndrome psiquiátrico que provoca alucinaciones en la persona afectada, donde sostiene que puede convertirse en un animal.

De ello resulta necesario decir que Manuel Blanco Romasanta existió, así que todo puede pasar.