/ viernes 5 de noviembre de 2021

Cambio climático: ¿utopía o realidad?

El 1 de noviembre de 2021, en la ceremonia de inauguración de la Conferencia de la Naciones Unidas para el Cambio Climático (COP26) el secretario general de la ONU estipuló:

“Es hora de decir, ¡ya basta!”, la cumbre climática debe servir para mantener vivo el objetivo de los 1.5 °C del acuerdo de París y para ello hay que recortar 45% de las emisiones de gases efecto invernadero para el 2030, porque “estamos cavando nuestra propia tumba”. Grandes personajes mundiales también asistieron a esta reunión, como el presidente de USA John Biden quien dijo que "no tenemos más tiempo para quedarnos atrás y discutir mucho más este desafío de nuestras vidas colectivas; …cada día que nos retrasamos, el costo de la inacción, aumenta”.

Recordemos que esta reunión va precedida por la G20 de Roma, auspiciada por las 20 economías más importantes del mundo; por cierto, algunos piensan que los acuerdos para combatir el CC fueron muy decepcionantes. Sin embargo, se destacó la presencia de muchos líderes mundiales, los cuales coincidieron que -en general- la economía va mejor; y este, y otros aspectos, ayudan mucho para lograr un desarrollo un poco más equilibrado. Por cierto, México estuvo representado por Marcelo Ebrard; por supuesto, el presidente López Obrador -una vez más- no asistió como ya es costumbre; lo cual es inadmisible, por decir lo menos.

Pero bueno, por su parte, Boris Johnson (primer ministro del Reino Unido) dijo que espera que esta reunión comience a activar la "bomba" del CC. Es decir, si realmente no nos lo tomamos en serio hoy, sería demasiado tarde para que nuestros hijos lo hagan mañana. La COP26 es la cumbre más importante desde hace varios años en materia de CC que se celebra y, además, de forma presencial, esta vez con 120 jefes de estado.

Evidentemente este tipo de reuniones, aunque a menudo muy criticadas, sí son muy importantes por varias razones, sobresaliendo el aspecto simbólico y algunos compromisos que públicamente establecen algunos miembros de la clase política internacional. Un “buen” ejemplo, nos lo dio el expresidente Donald Trump que nunca estuvo de acuerdo con el combate al CC -es más, no creía en él- y no firmó los acuerdos de Paris; al parecer, con la actitud y empuje del nuevo presidente Biden de USA, todo ha cambiado.

Sin embargo, hay muchos riesgos que debemos tomar en consideración. Es muy aventurado comprometerse a "cumplir" con no sobrepasar el aumento de los 1.5 °C de temperatura; que tal si por alguna razón no se logra, entonces esto puede originar una gran catástrofe y, por lo tanto, una terrible resignación mundial. El tema del CC tiene muchas aristas, y no sólo depende de los humanos, ya que existen ciertas tendencias mundiales, que además sobrepasan nuestros alcances. No sólo es una cuestión de prevenir posibles escenarios que no podemos controlar. Más bien debemos abordar dicha catástrofe desde un punto de vista ético, y ponerse, sí retos claros que podamos lograr, más que una cierta cantidad de grados que quizás no logremos; es una cuestión de humildad del ser humano; algo que a menudo no sabemos qué es.

Por cierto, el gobierno federal mexicano sigue pensando que las campañas de reforestación son únicas y que aparentemente los demás países le copiaron a México… ¿de veras? No, desgraciadamente no, la reforestación en México sigue igual de inoperante como en la época neoliberal del país (con los expresidentes Salinas, Zedillo. Fox, Calderón, Peña Nieto), al menos 35 años. Desafortunadamente (o afortunadamente) -también-, nadie nos hace mucho caso, en ese tema.

Pero regresando al tema central de esta columna, la Biodiversidad es un aspecto sustancial para varios temas del propio CC; trabajar para conservarla beneficiará sustancialmente a: i) disminuir la extinción de especies, ii) proteger y aumentar la cubierta vegetal, y iii) reducir la abominable contaminación de residuos sólidos. Dichos aspectos que en México se han descuidado al extremo. En este orden de ideas, trabajar en favor de lo antes mencionado, aumenta sustancialmente la posibilidad de que más y más sistemas sean circulares.

Pero, en fin, no es que debamos bajarle a nuestras pretensiones, sino mejor proponer ciertos logros que dependan de nosotros, más que del universo y más allá. ¿No cree Usted, amable lector?

El 1 de noviembre de 2021, en la ceremonia de inauguración de la Conferencia de la Naciones Unidas para el Cambio Climático (COP26) el secretario general de la ONU estipuló:

“Es hora de decir, ¡ya basta!”, la cumbre climática debe servir para mantener vivo el objetivo de los 1.5 °C del acuerdo de París y para ello hay que recortar 45% de las emisiones de gases efecto invernadero para el 2030, porque “estamos cavando nuestra propia tumba”. Grandes personajes mundiales también asistieron a esta reunión, como el presidente de USA John Biden quien dijo que "no tenemos más tiempo para quedarnos atrás y discutir mucho más este desafío de nuestras vidas colectivas; …cada día que nos retrasamos, el costo de la inacción, aumenta”.

Recordemos que esta reunión va precedida por la G20 de Roma, auspiciada por las 20 economías más importantes del mundo; por cierto, algunos piensan que los acuerdos para combatir el CC fueron muy decepcionantes. Sin embargo, se destacó la presencia de muchos líderes mundiales, los cuales coincidieron que -en general- la economía va mejor; y este, y otros aspectos, ayudan mucho para lograr un desarrollo un poco más equilibrado. Por cierto, México estuvo representado por Marcelo Ebrard; por supuesto, el presidente López Obrador -una vez más- no asistió como ya es costumbre; lo cual es inadmisible, por decir lo menos.

Pero bueno, por su parte, Boris Johnson (primer ministro del Reino Unido) dijo que espera que esta reunión comience a activar la "bomba" del CC. Es decir, si realmente no nos lo tomamos en serio hoy, sería demasiado tarde para que nuestros hijos lo hagan mañana. La COP26 es la cumbre más importante desde hace varios años en materia de CC que se celebra y, además, de forma presencial, esta vez con 120 jefes de estado.

Evidentemente este tipo de reuniones, aunque a menudo muy criticadas, sí son muy importantes por varias razones, sobresaliendo el aspecto simbólico y algunos compromisos que públicamente establecen algunos miembros de la clase política internacional. Un “buen” ejemplo, nos lo dio el expresidente Donald Trump que nunca estuvo de acuerdo con el combate al CC -es más, no creía en él- y no firmó los acuerdos de Paris; al parecer, con la actitud y empuje del nuevo presidente Biden de USA, todo ha cambiado.

Sin embargo, hay muchos riesgos que debemos tomar en consideración. Es muy aventurado comprometerse a "cumplir" con no sobrepasar el aumento de los 1.5 °C de temperatura; que tal si por alguna razón no se logra, entonces esto puede originar una gran catástrofe y, por lo tanto, una terrible resignación mundial. El tema del CC tiene muchas aristas, y no sólo depende de los humanos, ya que existen ciertas tendencias mundiales, que además sobrepasan nuestros alcances. No sólo es una cuestión de prevenir posibles escenarios que no podemos controlar. Más bien debemos abordar dicha catástrofe desde un punto de vista ético, y ponerse, sí retos claros que podamos lograr, más que una cierta cantidad de grados que quizás no logremos; es una cuestión de humildad del ser humano; algo que a menudo no sabemos qué es.

Por cierto, el gobierno federal mexicano sigue pensando que las campañas de reforestación son únicas y que aparentemente los demás países le copiaron a México… ¿de veras? No, desgraciadamente no, la reforestación en México sigue igual de inoperante como en la época neoliberal del país (con los expresidentes Salinas, Zedillo. Fox, Calderón, Peña Nieto), al menos 35 años. Desafortunadamente (o afortunadamente) -también-, nadie nos hace mucho caso, en ese tema.

Pero regresando al tema central de esta columna, la Biodiversidad es un aspecto sustancial para varios temas del propio CC; trabajar para conservarla beneficiará sustancialmente a: i) disminuir la extinción de especies, ii) proteger y aumentar la cubierta vegetal, y iii) reducir la abominable contaminación de residuos sólidos. Dichos aspectos que en México se han descuidado al extremo. En este orden de ideas, trabajar en favor de lo antes mencionado, aumenta sustancialmente la posibilidad de que más y más sistemas sean circulares.

Pero, en fin, no es que debamos bajarle a nuestras pretensiones, sino mejor proponer ciertos logros que dependan de nosotros, más que del universo y más allá. ¿No cree Usted, amable lector?