/ viernes 29 de julio de 2022

Izquierda y derecha

Todos recuerdan el afamado momento, previo a la Revolución Francesa, cuando en la asamblea general se dividieron entre dos grupos; la derecha se encontraba en disposición del rey y la aristocracia y la izquierda a favor de una constitución que garantizara mayor libertad e igualdad. Liberales y conservadores. Esa fue la forma tradicional, por lo menos durante buena parte del siglo XVIII, en la que se conformaba la política.

Por supuesto, después de muchas generaciones, pugnas y conquistas, en su mayoría por parte de grupos de izquierda, se suele cuestionar la razón de su prolongada existencia. ¿Qué más se puede exigir? Y eso crea confusión. Todavía más porque durante el siglo XX existía un unánime convencimiento sobre lo que la izquierda y la derecha era o debía ser; aunque variaba un poco, había una tendencia comunista y socialistas por parte de la izquierda, mientras que la derecha prefería valores más conservadores e individualistas.

Necesita estar presente que la derecha y la izquierda no representan por sí mismas una ideología; son valores y elementos que estructuran una dimensión. La ideología es un sistema de pensamiento sobre perspectivas políticas, económicas incluso filosóficas, casi siempre poco flexibles. Por ejemplo, la democracia no es una ideología sino una forma de gobierno con variaciones en diferentes países, mientras que el comunismo posee una estructura específica sobre su forma de gobierno basado en percepciones políticas y filosóficas.

Igualmente, cuando los partidos políticos hablan de una ideología en realidad están hablando de valores y percepciones partidistas. Y es bastante complicado definir lo qué es izquierda y derecha en cada país. Por ejemplo, en países en vías de desarrollo la izquierda busca mayor presencia del estado en ayudas sociales, derechos de igualdad y paridad, mientras que en países desarrollados se centran en representación de minorías étnicas, reformas migratorias, incluso políticas medioambientales.

Algo importante que nos enseñó el siglo XX fue que, a pesar de la insistencia por parte de grupos de izquierda de luchar por libertad y justicia, también tenían tendencias autoritarias. La izquierda tanto como la derecha han intentado subvertir procesos democráticos hasta el punto de crear gobiernos represivos. Y ahora muchos países están viviendo en esa confusión.


Todos recuerdan el afamado momento, previo a la Revolución Francesa, cuando en la asamblea general se dividieron entre dos grupos; la derecha se encontraba en disposición del rey y la aristocracia y la izquierda a favor de una constitución que garantizara mayor libertad e igualdad. Liberales y conservadores. Esa fue la forma tradicional, por lo menos durante buena parte del siglo XVIII, en la que se conformaba la política.

Por supuesto, después de muchas generaciones, pugnas y conquistas, en su mayoría por parte de grupos de izquierda, se suele cuestionar la razón de su prolongada existencia. ¿Qué más se puede exigir? Y eso crea confusión. Todavía más porque durante el siglo XX existía un unánime convencimiento sobre lo que la izquierda y la derecha era o debía ser; aunque variaba un poco, había una tendencia comunista y socialistas por parte de la izquierda, mientras que la derecha prefería valores más conservadores e individualistas.

Necesita estar presente que la derecha y la izquierda no representan por sí mismas una ideología; son valores y elementos que estructuran una dimensión. La ideología es un sistema de pensamiento sobre perspectivas políticas, económicas incluso filosóficas, casi siempre poco flexibles. Por ejemplo, la democracia no es una ideología sino una forma de gobierno con variaciones en diferentes países, mientras que el comunismo posee una estructura específica sobre su forma de gobierno basado en percepciones políticas y filosóficas.

Igualmente, cuando los partidos políticos hablan de una ideología en realidad están hablando de valores y percepciones partidistas. Y es bastante complicado definir lo qué es izquierda y derecha en cada país. Por ejemplo, en países en vías de desarrollo la izquierda busca mayor presencia del estado en ayudas sociales, derechos de igualdad y paridad, mientras que en países desarrollados se centran en representación de minorías étnicas, reformas migratorias, incluso políticas medioambientales.

Algo importante que nos enseñó el siglo XX fue que, a pesar de la insistencia por parte de grupos de izquierda de luchar por libertad y justicia, también tenían tendencias autoritarias. La izquierda tanto como la derecha han intentado subvertir procesos democráticos hasta el punto de crear gobiernos represivos. Y ahora muchos países están viviendo en esa confusión.