Cansados del hartazgo político, que todos los presidentes que ha tenido México, caracterizados por su mediocridad y alto índice de corrupción, han llevado al país al precipicio; quienes votamos por Andrés Manuel -30 millones de ciudadanos mexicanos- queríamos un cambio total;
Rectificar el camino; que haya democracia auténtica en el país y en todos los niveles de gobierno; no atenuar sino eliminar la corrupción, porque estamos de acuerdo con Andrés Manuel “las escaleras se tienen que barrer de arriba para abajo”; que desgraciadamente nos ha colocado en un rango de 150 países en el lugar 138, lo que significa que la corrupción como un mal endémico está en todos los niveles de gobierno y de la iniciativa privada, y de los ciudadanos comunes y corrientes, porque tiene tantas caras la corrupción, que no podemos concretarnos sencillamente con decir que se robaron dinero, sino ir más allá del significado de esta palabra, porque quien no está capacitado para desempeñar un puesto determinado y lo acepta es corrupción; quien dada la edad promedio de los funcionarios de Andrés Manuel, han hecho una fortuna antes de formar parte de su gobierno, deben justificar lo que tienen como riqueza y saber por qué medios lo han obtenido; elegimos a Andrés Manuel para eliminar el paraíso de la impunidad en que han estado sumergidos todos los presidentes de México, incluido quienes formaron parte del partido hegemónico y los que siguen, porque aquí queremos hacer hincapié en la esencia de este artículo, queríamos y lo logramos llevar a Andrés Manuel a la Presidencia de la República y darle un poder pleno, derivado de una acción democrática, no dictatorial, no de trampas electorales, no de arreglos o de componendas, por eso hoy lo menos que podemos esperar quienes sufragamos a su favor, es que con la fuerza que le estamos dando ponga orden en el gobierno, acepte que la corrupción sea un delito grave, que la prisión preventiva o la prisión oficiosa se extienda a otros delitos, porque otros seis años de impunidad, robo y corrupción no los va a aguantar el país; simple y sencillamente hay que ver el reflejo de Sudamérica y en el caso concreto de Venezuela, que ha venido de mal en peor y que hoy estamos a punto de ver una debacle que traerá la desgracia para millones de venezolanos, si no se acepta, y aquí también está la fuerza de Andrés Manuel, la realidad de la doctrina Estrada y de los principios de la no intervención, y por ello la propuesta de entablar un diálogo con los actores políticos de ese país, para que resuelvan su problemática.
Queríamos un Presidente fuerte democrático, no de la dictadura del PRI, ni la blandura de los otros partidos de mediocres; hoy Andrés Manuel tiene que respondernos, lo estamos apoyando, y estamos viendo que a setenta días de gobierno ha hecho lo que sus predecesores no fueron capaces de realizar ni en seis años. Queríamos y lo logramos, tener un Presidente fuerte en el más amplio sentido de la palabra, con apoyo mayoritario en ambas Cámaras y en las Locales; y hoy tenemos que respaldar esas acciones para que Andrés Manuel sienta y tenga nuestro respaldo para todos sus actos de gobierno; incluso yo exhortaría a los que no votaron por él, a sumarse para que sus planes de gobierno, de los que ya estamos viendo sus resultados, todos los programas sociales son una muestra real y evidente de ello, la victoria que se empieza a levantar sobre el huachicoleo es otra que queremos mencionar, y por ello todos juntos podemos ratificar que queremos un Presidente fuerte y que revierta los graves problemas del país, y específicamente que sea una realidad el que México finalmente, se sacuda la corrupción, la impunidad y combata la inseguridad que permea en todas las capas sociales del país.
Director de la Programación Digital de la Revista de Derecho Familiar “Pater Familias” de la UNAM.