/ lunes 30 de noviembre de 2020

Alianzas forzadas

Si las alianzas propuestas hasta hoy se consolidan, la ciudadanía morelense tendrá una mucho menor oferta política de la que se plantearía con la cantidad de partidos con registro local.

Hasta el momento, Morena podría coaligarse con Verde Ecologista, PT, Nueva Alianza y Encuentro Social; el PRI trabaja en coordinación con el PRD y busca al PAN; Movimiento Ciudadano ha anunciado que irá sólo (aprovechando su reciente popularidad); PSD y Humanista trabajan por su cuenta, pero bien podrían ofrecer su fortaleza regional al PRI o PRD, o al PAN. Esto de los partidos que tenían registro al inicio de este año; el resto de las opciones políticas tendrán que ir sólos porque la legislación electoral les impide coaligarse en su primera elección.

Las alianzas para Morena, PRI y PAN, partidos que se supone podrían contender en todo el estado, son importantes en tanto fuerzas como el Verde, PT, PSD, Humanista y hasta Nueva Alianza, han construido su fuerza en regiones específicas del estado mediante el reclutamiento de cuadros marginados por los partidos tradicionales; el mismo ejercicio han hecho los nuevos partidos que mantendrán aislada su influencia, muchas veces en las mismas regiones que los otros emergentes. Es decir, la relevancia de una alianza con el PT, por ejemplo, no radica en lo vital del 2 o 3 por ciento de intención de voto, que sólo resultaría importante en el caso de elecciones distritales y municipales sumamente cerradas, sino en la concentración de esa proporción de electores en dos o tres zonas del estado, que significan en esas demarcaciones una proporción de hasta 30 o 35 por ciento de los electores. Es decir, los partidos “pequeños” no podrían ganar elecciones estatales, pero bien pueden hacerse de distritos o alcaldías, y ello hace tener sentido a una coalición amplia.

Y cierto que para muchos las alianzas resultan extraordinariamente caras y mucho más susceptibles de traiciones que la vida partidista interna. De hecho, las experiencias recientes en el estado han demostrado que las coaliciones electorales pueden tener mucho éxito en los comicios, pero su eficiencia para hacer gobierno es prácticamente nula en tanto no se trazan gobiernos de coalición ni coaliciones legislativas. Así, en Morelos hemos visto cómo Juntos Haremos Historia pasó a mejor vida minutos después de oficializarse los resultados del proceso electoral local del 2018. La distancia entre Morena, PES y PT llegó a niveles insalvables porque la alianza se tejió en el plano central sin considerar la realidad local. Hoy parece tejerse exactamente el mismo error, uno que cuesta no derrotas electorales, pero sí compromete la gobernanza. Si la búsqueda es el poder solamente, el cabildo, la curul, coaligarse por instrucciones de los comités nacionales de los partidos puede ser una buena idea, si se trata de trabajar en política por el bien del estado, la forma es totalmente incorrecta.

Faltan aún varias semanas para resolver qué coaliciones contenderán en Morelos para 2021, el Impepac resolverá sobre ellas a más tardar el 12 de enero, pero no parece se estén iniciando bien las cosas.

@martinellito

dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx

Si las alianzas propuestas hasta hoy se consolidan, la ciudadanía morelense tendrá una mucho menor oferta política de la que se plantearía con la cantidad de partidos con registro local.

Hasta el momento, Morena podría coaligarse con Verde Ecologista, PT, Nueva Alianza y Encuentro Social; el PRI trabaja en coordinación con el PRD y busca al PAN; Movimiento Ciudadano ha anunciado que irá sólo (aprovechando su reciente popularidad); PSD y Humanista trabajan por su cuenta, pero bien podrían ofrecer su fortaleza regional al PRI o PRD, o al PAN. Esto de los partidos que tenían registro al inicio de este año; el resto de las opciones políticas tendrán que ir sólos porque la legislación electoral les impide coaligarse en su primera elección.

Las alianzas para Morena, PRI y PAN, partidos que se supone podrían contender en todo el estado, son importantes en tanto fuerzas como el Verde, PT, PSD, Humanista y hasta Nueva Alianza, han construido su fuerza en regiones específicas del estado mediante el reclutamiento de cuadros marginados por los partidos tradicionales; el mismo ejercicio han hecho los nuevos partidos que mantendrán aislada su influencia, muchas veces en las mismas regiones que los otros emergentes. Es decir, la relevancia de una alianza con el PT, por ejemplo, no radica en lo vital del 2 o 3 por ciento de intención de voto, que sólo resultaría importante en el caso de elecciones distritales y municipales sumamente cerradas, sino en la concentración de esa proporción de electores en dos o tres zonas del estado, que significan en esas demarcaciones una proporción de hasta 30 o 35 por ciento de los electores. Es decir, los partidos “pequeños” no podrían ganar elecciones estatales, pero bien pueden hacerse de distritos o alcaldías, y ello hace tener sentido a una coalición amplia.

Y cierto que para muchos las alianzas resultan extraordinariamente caras y mucho más susceptibles de traiciones que la vida partidista interna. De hecho, las experiencias recientes en el estado han demostrado que las coaliciones electorales pueden tener mucho éxito en los comicios, pero su eficiencia para hacer gobierno es prácticamente nula en tanto no se trazan gobiernos de coalición ni coaliciones legislativas. Así, en Morelos hemos visto cómo Juntos Haremos Historia pasó a mejor vida minutos después de oficializarse los resultados del proceso electoral local del 2018. La distancia entre Morena, PES y PT llegó a niveles insalvables porque la alianza se tejió en el plano central sin considerar la realidad local. Hoy parece tejerse exactamente el mismo error, uno que cuesta no derrotas electorales, pero sí compromete la gobernanza. Si la búsqueda es el poder solamente, el cabildo, la curul, coaligarse por instrucciones de los comités nacionales de los partidos puede ser una buena idea, si se trata de trabajar en política por el bien del estado, la forma es totalmente incorrecta.

Faltan aún varias semanas para resolver qué coaliciones contenderán en Morelos para 2021, el Impepac resolverá sobre ellas a más tardar el 12 de enero, pero no parece se estén iniciando bien las cosas.

@martinellito

dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx