/ jueves 16 de junio de 2022

Alcaldes precandidatos

Si Juan Ángel Flores Bustamante, de Jojutla, es el primero o segundo alcalde mejor evaluado del país, habría que darle ya de inmediato la candidatura de su partido al gobierno del estado. Por lo menos eso piensan muchos de los partidarios del alcalde o adversarios de otros aspirantes de Morena, seguros de que como es en Jojutla deberá ocurrir en el resto del estado como una suerte de destino manifiesto. No es así. Juan Ángel tiene muchísimas virtudes como político, es cercano a la gente, sabe planear, tiene buen juicio político, es cauto, todo ello le sirve más para buscar la candidatura que una popularidad que, pese a su fortaleza, no constituye una base social suficiente para aspirar a gobernar el estado.

Si cruzamos los índices de popularidad de los alcaldes con la población a la que gobiernan, el 65.8% de aprobación que Mitofsky concede a Juan Ángel, queda en poco menos de 38 mil personas. El mismo ejercicio hecho con los otros alcaldes medidos por la encuestadora reportaría resultados más o menos así: Gonzalo Flores, de Xochitepec, 45.6% (33,534 personas); José Luis Maya, Zacatepec, 36.9%. (13,319 personas); Agustín Alonso, Yautepec, 36.5% (38,610 personas); David Demesa, Tepoztlán, 32.6% (17,926 personas); Rafael Reyes, Jiutepec, 31.6% (68,053 personas); José Luis Urióstegui, Cuernavaca, 30.4%, (115,057 personas); Rodrigo Arredondo, Cuautla, 26% (48,651 personas).

Después de este cruzamiento, podría considerarse que entre los alcaldes de Morena, el apoyado por más personas es Rafael Reyes, de Jiutepec, seguido por Rodrigo Arredondo de Cuautla, y Juan Ángel estaría en el tercer lugar. Si Morena decide que lo represente un alcalde en la contienda para gobernador, seguro tiene en la fórmula este cálculo elemental. Detalle curioso, el número de personas que respaldan a Rafael Reyes en Jiutepec, representa sólo el 59% de las personas que apoyan a Urióstegui en Cuernavaca, cuestión de cantidad de gobernados. Otro detalle, la popularidad de Juan Ángel Flores parece haberse estacionado entre 67 y 66% en lo que va del año, mientras que de enero a junio, el respaldo a José Luis Urióstegui creció 6.1% y el de Rodrigo Arredondo aumentó 5.4%.

El dato es importante para las definiciones que vaya a tomar Morena, pero muy preocupante para la oposición, José Luis Urióstegui parece su única carta fuerte para contender por la gubernatura desde hace por lo menos cinco meses, y la base de electores que podría tener el alcalde está muy lejana de la que Morena concentraría con Cuautla, Jiutepec y Jojutla. 115 mil parecen muchos al principio, pero los otros tres juntarían 154,600 sólo entre ellos. Si a eso sumamos la serie de complejidades que representa gobernar una ciudad de 380 mil habitantes, endeudada y con infraestructura prácticamente abandonada hace muchos años, parece más fácil que Urióstegui descienda en simpatía a que la acreciente. Probablemente por ello el cuidado extraordinario que ha tenido la oposición con el alcalde de Cuernavaca.

Por lo pronto podría decirse que si bien Morena tiene la mayor concentración de poder en el estado, la pérdida de Cuernavaca y la colección de fallas del gobierno estatal y su fracción en el Congreso del estado, parecen estarle costando tan caras que han permitido que la oposición tenga un precandidato sólido aún sin buscarlo abiertamente.

Faltará ver qué tanto pega a la popularidad del alcalde de Cuernavaca la caída del puente colgante y el reforzamiento de la campaña en su contra que se había emprendido casi desde el primer día de su administración. Podríamos adelantar que si Urióstegui sale más o menos bien librado, sería la elección natural para una oposición bastante necesitada de cuadros.

@martinellito

dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx

Si Juan Ángel Flores Bustamante, de Jojutla, es el primero o segundo alcalde mejor evaluado del país, habría que darle ya de inmediato la candidatura de su partido al gobierno del estado. Por lo menos eso piensan muchos de los partidarios del alcalde o adversarios de otros aspirantes de Morena, seguros de que como es en Jojutla deberá ocurrir en el resto del estado como una suerte de destino manifiesto. No es así. Juan Ángel tiene muchísimas virtudes como político, es cercano a la gente, sabe planear, tiene buen juicio político, es cauto, todo ello le sirve más para buscar la candidatura que una popularidad que, pese a su fortaleza, no constituye una base social suficiente para aspirar a gobernar el estado.

Si cruzamos los índices de popularidad de los alcaldes con la población a la que gobiernan, el 65.8% de aprobación que Mitofsky concede a Juan Ángel, queda en poco menos de 38 mil personas. El mismo ejercicio hecho con los otros alcaldes medidos por la encuestadora reportaría resultados más o menos así: Gonzalo Flores, de Xochitepec, 45.6% (33,534 personas); José Luis Maya, Zacatepec, 36.9%. (13,319 personas); Agustín Alonso, Yautepec, 36.5% (38,610 personas); David Demesa, Tepoztlán, 32.6% (17,926 personas); Rafael Reyes, Jiutepec, 31.6% (68,053 personas); José Luis Urióstegui, Cuernavaca, 30.4%, (115,057 personas); Rodrigo Arredondo, Cuautla, 26% (48,651 personas).

Después de este cruzamiento, podría considerarse que entre los alcaldes de Morena, el apoyado por más personas es Rafael Reyes, de Jiutepec, seguido por Rodrigo Arredondo de Cuautla, y Juan Ángel estaría en el tercer lugar. Si Morena decide que lo represente un alcalde en la contienda para gobernador, seguro tiene en la fórmula este cálculo elemental. Detalle curioso, el número de personas que respaldan a Rafael Reyes en Jiutepec, representa sólo el 59% de las personas que apoyan a Urióstegui en Cuernavaca, cuestión de cantidad de gobernados. Otro detalle, la popularidad de Juan Ángel Flores parece haberse estacionado entre 67 y 66% en lo que va del año, mientras que de enero a junio, el respaldo a José Luis Urióstegui creció 6.1% y el de Rodrigo Arredondo aumentó 5.4%.

El dato es importante para las definiciones que vaya a tomar Morena, pero muy preocupante para la oposición, José Luis Urióstegui parece su única carta fuerte para contender por la gubernatura desde hace por lo menos cinco meses, y la base de electores que podría tener el alcalde está muy lejana de la que Morena concentraría con Cuautla, Jiutepec y Jojutla. 115 mil parecen muchos al principio, pero los otros tres juntarían 154,600 sólo entre ellos. Si a eso sumamos la serie de complejidades que representa gobernar una ciudad de 380 mil habitantes, endeudada y con infraestructura prácticamente abandonada hace muchos años, parece más fácil que Urióstegui descienda en simpatía a que la acreciente. Probablemente por ello el cuidado extraordinario que ha tenido la oposición con el alcalde de Cuernavaca.

Por lo pronto podría decirse que si bien Morena tiene la mayor concentración de poder en el estado, la pérdida de Cuernavaca y la colección de fallas del gobierno estatal y su fracción en el Congreso del estado, parecen estarle costando tan caras que han permitido que la oposición tenga un precandidato sólido aún sin buscarlo abiertamente.

Faltará ver qué tanto pega a la popularidad del alcalde de Cuernavaca la caída del puente colgante y el reforzamiento de la campaña en su contra que se había emprendido casi desde el primer día de su administración. Podríamos adelantar que si Urióstegui sale más o menos bien librado, sería la elección natural para una oposición bastante necesitada de cuadros.

@martinellito

dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx