/ lunes 6 de septiembre de 2021

Aborto: la discusión está terminada

Debemos dejar de discutir sobre el aborto.

A estas alturas, los legisladores deben reconocer que el tema se ha discutido lo suficiente, hay suficientes estudios jurídicos, sociológicos y de salud pública como para continuar con la ideologización de un tema que pareciera servir solo como zanahoria que mantiene en movimiento a la opinión pública.

La pertinencia de la despenalización del aborto tiene evidencia científica suficiente, mucho más que la usada para soportar, por ejemplo, el diseño presupuestal, la contrarreforma educativa, y hasta los programas que reparten dinero a diversos grupos considerados vulnerables, y que han sido aprobadas por los congresos locales sin mayores objeciones. Así que volver a la dogmática discusión del tema pareciera sólo prometer más años de posicionamientos ideológicos que permitan jalar reflectores para legisladores que distraen en el tema el tiempo que debieran ocupar para diseñar andamiajes jurídicos que permitan el desarrollo, la paz, la justicia, y toda la enorme colección de pendientes que padece Morelos.

Tampoco es que se pueda congelar por más tiempo una iniciativa que despenalice el aborto en Morelos, las condiciones de violencia contra la mujer, embarazos en niñas y adolescentes, disparidad en oportunidades, obligan a retomar el tema y darle cauce a las reformas jurídicas que garanticen la seguridad y el acceso a la salud de las mujeres en el estado. Debe, entonces, reconocerse parcialmente la inclusión que la diputada Tania Valentina Rodríguez hizo del tema en la agenda de la comisión de igualdad de género.

Y decimos parcialmente porque una cosa es la declaración y otra el trabajo para diseñar e impulsar la iniciativa de forma que sea aprobada, pero también operable. Porque algo que debería incluir cualquier legislación es el esquema para que el espíritu de la norma se cumpla efectivamente, digamos, en el campo. Es decir, la legislación tendría que incluir, por ejemplo, la reestructura de los servicios de salud para garantizar que la práctica del aborto legal y seguro sea una realidad en el estado. En efecto, no se trata sólo de levantar una prohibición, sino de reconocer la obligación del Estado de brindar la más amplia protección a las mujeres.

El problema será saber si la nueva legislatura del Congreso estatal tiene los arrestos para aprobar lo que las cinco anteriores no se atrevieron. Porque si incluso con un gobierno a favor de la despenalización, el de Graco Ramírez, las legislaturas que le acompañaron evadieron el tema; para la actual podría ser más complicado dado el rechazo explícito del partido en el poder para incluir el tema en la agenda.

El escenario nacional y el equilibrio de fuerzas locales, sin embargo, parecen promisorios. En el Congreso de Morelos, los partidos que abiertamente rechazan la despenalización del aborto están lejos de formar mayoría, con cinco legisladores; aunque sólo requerirían convencer a dos diputados para frenar cambios constitucionales. La tendencia nacional, podría favorecer a la corriente pro elección; más congresos locales han avanzado a la despenalización y, según todo apunta la mayoría de los ministros de la Corte están también a favor. Es cuestión de trabajar.

Fb: @Daniel Martínez C

Tw: @Martinez Daniel

Correo: DANIEL MARTINEZ



Debemos dejar de discutir sobre el aborto.

A estas alturas, los legisladores deben reconocer que el tema se ha discutido lo suficiente, hay suficientes estudios jurídicos, sociológicos y de salud pública como para continuar con la ideologización de un tema que pareciera servir solo como zanahoria que mantiene en movimiento a la opinión pública.

La pertinencia de la despenalización del aborto tiene evidencia científica suficiente, mucho más que la usada para soportar, por ejemplo, el diseño presupuestal, la contrarreforma educativa, y hasta los programas que reparten dinero a diversos grupos considerados vulnerables, y que han sido aprobadas por los congresos locales sin mayores objeciones. Así que volver a la dogmática discusión del tema pareciera sólo prometer más años de posicionamientos ideológicos que permitan jalar reflectores para legisladores que distraen en el tema el tiempo que debieran ocupar para diseñar andamiajes jurídicos que permitan el desarrollo, la paz, la justicia, y toda la enorme colección de pendientes que padece Morelos.

Tampoco es que se pueda congelar por más tiempo una iniciativa que despenalice el aborto en Morelos, las condiciones de violencia contra la mujer, embarazos en niñas y adolescentes, disparidad en oportunidades, obligan a retomar el tema y darle cauce a las reformas jurídicas que garanticen la seguridad y el acceso a la salud de las mujeres en el estado. Debe, entonces, reconocerse parcialmente la inclusión que la diputada Tania Valentina Rodríguez hizo del tema en la agenda de la comisión de igualdad de género.

Y decimos parcialmente porque una cosa es la declaración y otra el trabajo para diseñar e impulsar la iniciativa de forma que sea aprobada, pero también operable. Porque algo que debería incluir cualquier legislación es el esquema para que el espíritu de la norma se cumpla efectivamente, digamos, en el campo. Es decir, la legislación tendría que incluir, por ejemplo, la reestructura de los servicios de salud para garantizar que la práctica del aborto legal y seguro sea una realidad en el estado. En efecto, no se trata sólo de levantar una prohibición, sino de reconocer la obligación del Estado de brindar la más amplia protección a las mujeres.

El problema será saber si la nueva legislatura del Congreso estatal tiene los arrestos para aprobar lo que las cinco anteriores no se atrevieron. Porque si incluso con un gobierno a favor de la despenalización, el de Graco Ramírez, las legislaturas que le acompañaron evadieron el tema; para la actual podría ser más complicado dado el rechazo explícito del partido en el poder para incluir el tema en la agenda.

El escenario nacional y el equilibrio de fuerzas locales, sin embargo, parecen promisorios. En el Congreso de Morelos, los partidos que abiertamente rechazan la despenalización del aborto están lejos de formar mayoría, con cinco legisladores; aunque sólo requerirían convencer a dos diputados para frenar cambios constitucionales. La tendencia nacional, podría favorecer a la corriente pro elección; más congresos locales han avanzado a la despenalización y, según todo apunta la mayoría de los ministros de la Corte están también a favor. Es cuestión de trabajar.

Fb: @Daniel Martínez C

Tw: @Martinez Daniel

Correo: DANIEL MARTINEZ