/ jueves 7 de abril de 2022

10 de abril, revocación de mandato

El 10 de abril será una fecha significativa no solo para los morelenses sino para los mexicanos, ya que ahora no solo recordaremos un aniversario más de la muerte del general Emiliano Zapara sino también una fecha que pasará a la historia de la democracia mexicana.

México atraviesa por una de las etapas más relevantes de su sistema político y específicamente para sus estructuras democráticas, y no solo porque estamos inmersos en un régimen donde gobierna un partido de izquierda sino porque podremos ser parte de uno de los mecanismos de democracia semidirecta que en otros tiempos era impensable: la revocación de mandato.

A pesar de que el diseño estructural de los instrumentos de participación democrática con los que se cuenta a nivel federal tiene deficiencias, la revocación de mandato es un procedimiento que vendrá abonar a la cultura política de los ciudadanos mexicanos, y que es indispensable desarrollarla para la construcción de un país más justo y equitativo.

Recordemos que por muchas décadas, el régimen político mexicano era sinónimo de hermetismo, y por ende cuestionado por carecer de estructuras democráticas más allá de la representatividad política que era el sello de la democracia mexicana, y que con el pasar del tiempo era insuficiente no solo para el régimen de gobierno sino para el mismo sistema político.

Inmaculada la figura presidencial era la idea que se impuso durante gran parte del siglo XX, no se podía cuestionar al presidente de la República, y a pesar de contar con la estructura de la división de poderes al menos en el texto constitucional, lo cierto es que uno de los dos grandes pilares en los que se sustentaba el sistema político de México era un presidencialismo que minizaba a los otros dos poderes: Legislativo y Judicial.

Aunque actualmente seguimos con un presidencialismo donde en un primer momento al contar con una mayoría de miembros y aliados de MORENA en el Poder Legislativo se hablaba del retorno de un presidencialismo fuerte con López Obrador, lo cierto es que con la consulta popular y la revocación de mandato se instaura un punto de inflexión para la aún endeble democracia mexicana.

Muchos ciudadanos denuestan estos mecanismos de participación democrática bajo las falacias de que a través de la revocación de mandato el presidente López Obrador buscará extender su período presidencial o hasta reelegirse; sin embargo, estas ideas fomentadas por una oposición cínica, carecen de sustento político y jurídico. La revocación de mandato no es ilegal, sino al contrario, hay una ley reglamentaria: LEY FEDERAL DE REVOCACIÓN DE MANDATO, y que como se mencionó líneas arriba hay deficiencias estructurales, pero todo es perfectible.

Y en ese tenor, la línea trazada por el presidente actual de fomentar la participación ciudadana es la que se debe seguir desarrollando independientemente del partido político en el poder. Lo importante es que los ciudadanos salgan a participar para superar esa política representativa que en muchos casos empodera a políticos de ocasión.

Posiblemente la participación ciudadana del domingo 10 de abril sea mínima como sucedió en la consulta popular del año pasado, pero constituirá otro paso para la construcción de una democracia integral y así dejar atrás a la oligarquía que ha caracterizado a la forma de gobierno en México.

Como dijo Emiliano Zapata: “El que quiera ser águila que vuele, el que quiera ser gusano que se arrastre pero que no grite cuando lo pisen”, en la tesitura que los ciudadanos son los que deben tener voz y poder para quitar a los malos gobernantes, bajo una lógica institucional como lo es una revocación de mandato, y no seguir siendo una ciudadanía desdibujada por los gobiernos que obedecen a intereses particulares o incluso hasta extranjeros.

Twitter: @jcarlosjaimes

Facebook: Juan Carlos Jaimes

Correo eletrónico: jcjaimes_uaem@hotmail.com


El 10 de abril será una fecha significativa no solo para los morelenses sino para los mexicanos, ya que ahora no solo recordaremos un aniversario más de la muerte del general Emiliano Zapara sino también una fecha que pasará a la historia de la democracia mexicana.

México atraviesa por una de las etapas más relevantes de su sistema político y específicamente para sus estructuras democráticas, y no solo porque estamos inmersos en un régimen donde gobierna un partido de izquierda sino porque podremos ser parte de uno de los mecanismos de democracia semidirecta que en otros tiempos era impensable: la revocación de mandato.

A pesar de que el diseño estructural de los instrumentos de participación democrática con los que se cuenta a nivel federal tiene deficiencias, la revocación de mandato es un procedimiento que vendrá abonar a la cultura política de los ciudadanos mexicanos, y que es indispensable desarrollarla para la construcción de un país más justo y equitativo.

Recordemos que por muchas décadas, el régimen político mexicano era sinónimo de hermetismo, y por ende cuestionado por carecer de estructuras democráticas más allá de la representatividad política que era el sello de la democracia mexicana, y que con el pasar del tiempo era insuficiente no solo para el régimen de gobierno sino para el mismo sistema político.

Inmaculada la figura presidencial era la idea que se impuso durante gran parte del siglo XX, no se podía cuestionar al presidente de la República, y a pesar de contar con la estructura de la división de poderes al menos en el texto constitucional, lo cierto es que uno de los dos grandes pilares en los que se sustentaba el sistema político de México era un presidencialismo que minizaba a los otros dos poderes: Legislativo y Judicial.

Aunque actualmente seguimos con un presidencialismo donde en un primer momento al contar con una mayoría de miembros y aliados de MORENA en el Poder Legislativo se hablaba del retorno de un presidencialismo fuerte con López Obrador, lo cierto es que con la consulta popular y la revocación de mandato se instaura un punto de inflexión para la aún endeble democracia mexicana.

Muchos ciudadanos denuestan estos mecanismos de participación democrática bajo las falacias de que a través de la revocación de mandato el presidente López Obrador buscará extender su período presidencial o hasta reelegirse; sin embargo, estas ideas fomentadas por una oposición cínica, carecen de sustento político y jurídico. La revocación de mandato no es ilegal, sino al contrario, hay una ley reglamentaria: LEY FEDERAL DE REVOCACIÓN DE MANDATO, y que como se mencionó líneas arriba hay deficiencias estructurales, pero todo es perfectible.

Y en ese tenor, la línea trazada por el presidente actual de fomentar la participación ciudadana es la que se debe seguir desarrollando independientemente del partido político en el poder. Lo importante es que los ciudadanos salgan a participar para superar esa política representativa que en muchos casos empodera a políticos de ocasión.

Posiblemente la participación ciudadana del domingo 10 de abril sea mínima como sucedió en la consulta popular del año pasado, pero constituirá otro paso para la construcción de una democracia integral y así dejar atrás a la oligarquía que ha caracterizado a la forma de gobierno en México.

Como dijo Emiliano Zapata: “El que quiera ser águila que vuele, el que quiera ser gusano que se arrastre pero que no grite cuando lo pisen”, en la tesitura que los ciudadanos son los que deben tener voz y poder para quitar a los malos gobernantes, bajo una lógica institucional como lo es una revocación de mandato, y no seguir siendo una ciudadanía desdibujada por los gobiernos que obedecen a intereses particulares o incluso hasta extranjeros.

Twitter: @jcarlosjaimes

Facebook: Juan Carlos Jaimes

Correo eletrónico: jcjaimes_uaem@hotmail.com