/ martes 8 de agosto de 2023

Ayotzinapa, sin justicia

Es válida la interrogante que planteamos en el caso de un Congreso que expide leyes: en el caso de un órgano de justicia electoral, ¿sus acuerdos internos y su equilibrio estructuralmente inducido generará resoluciones que dejarán satisfechos a los directamente afectados para bien o para mal en un proceso electoral?

En el análisis del funcionamiento de las instituciones y sus resultados, es ineludible la contextualización y la caracterización para determinar si existen teorías que pueden predecir su buena operatividad y –por nuestra parte agregamos este elemento- éxito.

Problemas como el diseño institucional, como la selección de quienes presiden las instituciones, los mecanismos de evaluación y desempeño, también explican en gran medida el funcionamiento y hasta el éxito o fracaso de una institución.

A casi nueve años de distancia, el conflicto de Ayotzinapa es un proceso complejo que, no puede determinar su éxito o fracaso sin analizar el retiro del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes de la investigación del caso, dado que el GIEI acertó en que el Ejército conoció a plenitud lo ocurrido y, tiene por tanto la información de lo sucedido.

Lo mismo la administración de Enrique Peña Nieto que de Andrés Manuel López Obrador no quisieron al Ejército como pieza faltante de la investigación, incluido su centro de inteligencia que previamente negaron y cuya existencia fue comprobada por sus propios informes.

Informes de los que no estaban enteradas las policías lo mismo de la Federación que del orden local.

La tragedia de Ayotzinapa es que muy probablemente no sabremos la información de que dispone el Ejército, en medio de una incredulidad ciudadana y de un esquema policial del gobierno mexicano que no sirve a la sociedad.

Más aún: la prisión al ex titular de la Procuraduría General de la República ocurre sin que se haya demostrado su responsabilidad intelectual en la tragedia y aún no es sometido a juicio.

Al mismo tiempo hay otros actores ya liberados de prisión como el por entonces presidente municipal de Iguala y su esposa, además del lamentable rol de Alejandro Encinas en el caso, sin dejar de mencionar que hay por ejemplo un acusado resguardado en Israel aún.

Así se retira el GIEI de la investigación, sin justicia, sin conocer la información clave sobre la tragedia, al mismo tiempo que la Normal Rural, Raúl Isidro Burgos, alma mater de los estudiantes desaparecidos, tampoco fue investigada. Ese es el contexto del retiro del GIEI de la investigación: sin justicia y con impunidad.

Del Tintero.

Hoy el panorama no es mejor en Guerrero: sus autoridades como la alcaldesa de Chilpancingo reuniéndose con un dirigente criminal como dominio social, en una vinculación que antes fue secreta.

Facebook/LinkedIn: Daniel Adame Osorio.

Twitter: @Danieldao1

Es válida la interrogante que planteamos en el caso de un Congreso que expide leyes: en el caso de un órgano de justicia electoral, ¿sus acuerdos internos y su equilibrio estructuralmente inducido generará resoluciones que dejarán satisfechos a los directamente afectados para bien o para mal en un proceso electoral?

En el análisis del funcionamiento de las instituciones y sus resultados, es ineludible la contextualización y la caracterización para determinar si existen teorías que pueden predecir su buena operatividad y –por nuestra parte agregamos este elemento- éxito.

Problemas como el diseño institucional, como la selección de quienes presiden las instituciones, los mecanismos de evaluación y desempeño, también explican en gran medida el funcionamiento y hasta el éxito o fracaso de una institución.

A casi nueve años de distancia, el conflicto de Ayotzinapa es un proceso complejo que, no puede determinar su éxito o fracaso sin analizar el retiro del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes de la investigación del caso, dado que el GIEI acertó en que el Ejército conoció a plenitud lo ocurrido y, tiene por tanto la información de lo sucedido.

Lo mismo la administración de Enrique Peña Nieto que de Andrés Manuel López Obrador no quisieron al Ejército como pieza faltante de la investigación, incluido su centro de inteligencia que previamente negaron y cuya existencia fue comprobada por sus propios informes.

Informes de los que no estaban enteradas las policías lo mismo de la Federación que del orden local.

La tragedia de Ayotzinapa es que muy probablemente no sabremos la información de que dispone el Ejército, en medio de una incredulidad ciudadana y de un esquema policial del gobierno mexicano que no sirve a la sociedad.

Más aún: la prisión al ex titular de la Procuraduría General de la República ocurre sin que se haya demostrado su responsabilidad intelectual en la tragedia y aún no es sometido a juicio.

Al mismo tiempo hay otros actores ya liberados de prisión como el por entonces presidente municipal de Iguala y su esposa, además del lamentable rol de Alejandro Encinas en el caso, sin dejar de mencionar que hay por ejemplo un acusado resguardado en Israel aún.

Así se retira el GIEI de la investigación, sin justicia, sin conocer la información clave sobre la tragedia, al mismo tiempo que la Normal Rural, Raúl Isidro Burgos, alma mater de los estudiantes desaparecidos, tampoco fue investigada. Ese es el contexto del retiro del GIEI de la investigación: sin justicia y con impunidad.

Del Tintero.

Hoy el panorama no es mejor en Guerrero: sus autoridades como la alcaldesa de Chilpancingo reuniéndose con un dirigente criminal como dominio social, en una vinculación que antes fue secreta.

Facebook/LinkedIn: Daniel Adame Osorio.

Twitter: @Danieldao1

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